"El Espectador".Jose´Ortega y Gasset.
20.5.2025
Prólogo de GÔspar Gómez de la Serna.
Es el pensador mĆ”s universal espaƱol. Su preocupación por la buscar la verdad lo llama "propaganda por la luz mental". Es la actitud crĆtica de la Generación del 98. Este libro es el pensamiento mĆ”s Ćntimo y cordial del maestro. Es su estilo mĆ”s luminoso y expresivo.
Verdad y Perspectiva.
Yo necesito a cotar una parte de mà mismo para la contemplación.
Frente aun acultura de medios una cultura de postrimerĆas.
El imperio de la cultura es el imperio de la mentira.
Un alma necesita respirar almas afines y quien ama sobre todo la verdad necesita respirar aire de almas veraces.
El escritor para condensar su esfuerzo necesita de un pĆŗblico como el licor de la copa en que se vierte.
El Espectador es un libro escrito en voz baja.
Cada hombre tiene una misión de verdad.
La realidad se ofrece en perspectivas individuales.
Lo viejo lo podemos encontrarlo dondequiera:en los libros, en las costumbres, en las palabras y en los rostros de los demƔs.
Cuando no hay alegrĆa el alma se retira a un roincón de nuestro cuerpo y hace de Ć©l su cubil.
Tierras de Castilla.
Amo el pasado. Los tradicionalistan no los aman. Quieren que sea pasado y no presente.
Volver a la alameda del pasado es aprender los verdaderos valores, no el mercado del dĆa.
Alguien al ponernos sobre el planeta ha tenido el próposito de que sea nuestro corazón una mÔquina de preferir. Prolongada tragedia.
La vida cobra sentido cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar nada.
Ideas sobre PĆo Baroja.
A los muchachos dĆscolos e independientes resueltos a no evaporarse en la ambiente impureza, dedico este ensayo, donde se habla de n hombre libre y puro que no quiere servir a nadie ni pedir nada a nadie.
BAroja es el menos incomprendido tal vez por ser el que mayor actividad exige a sus lectores. No se olvide que la lectira es una colaboración.
Para criticar hay que aislarese objeto genérico de toda la producción.
Es extraño que elija el vagabundo donde en España no hay, pero él ve criaturas errabundas e indóciles, decididas a no disolver sus instintos en las formas convencionales de vida que la soiedad impone y ofrece. Temperamentos tales tiene que fracasar en una época como la nuestra.
Estas vidas de fracasoso y derrumbamientos son moral y sentimentalmente victoriosas y son gestos de ascensión. Al menos para Baroja y para mĆ.
Triunfar en la sociedad es un un sĆntoma de una cierta virtud: al hombre que lo consigue le llamamos eficaz, que sirve. Pero me parece una perversión que sólo ese valor sea estimado. Merced a ello hemos desalojado del mudo lo exquisito, porque lo exquisito socialmente es ineficaz.
Un amigo mĆo dice: "gentes como yo deberĆan nacer en otra Ć©poca porque para aflorara en esta que vivimos es impresincible tener mal el corazón, buen estómago y un cheque en el bolsillo".
Pero el vagabundo es un espĆritu indócil, inquieto, arisco, exigente, que no se deja modelar por las imposiciones del medio, que prefiere ser fiel a su individual destino aunque esto le cueste renunciar al triunfo en la sociedad. Y Baroja lo que mĆ”s estima es el dinamismo: al margen de la soiedad.
Un grado superior de la vida dinƔmica es la aventura. Con unos libros viejos persigue al avenbturero.
A los treinta aparece la primera lĆnea de congelación de nuestra alma. Dejamos de ser lo que nos han enseƱado, o que hemos recibido de nuestra familia, en la escuela en la sociedad. Queremos ser lo que somos y sentir lo que sentimos del mundo.
De todos lo que aprendemos (libros y personas) queremos saber cuƔl es el resultado de su balance vital. Y si no lo hace retiramos nuestra estima. Quien no ha tomado una actitud definida ante ellas, no nos interesa.
Antes de juzgar hay que entender.
Leo para aumentar mi corazón y no tener el gusto de la gramÔtica.
La felicidad aparece cuando se estĆ” ocupado, activo e incesante.
Vivir y sentirse vivir son incompatibles.
La insuficiencia es lo que mueve el alma de Baroja.
El hombre medio tiene el alma hueca y su Ćŗnica actividad es el eco.
La verdad es la correspondecia exacta entre el gesto y el espĆritu.
La felicidad es una dimensión de la cultura. Y la fisionomóa de la acción, la que transforma la realidad.
Al intelecto y la contemplación se prefiere ese otro modo de vida que gravita sobre la pasión y la voluntad.
Hay artistas que no necesitan la colaboración del crĆtico para realizarse a sĆ mismos en su obra.
Democracia Morbosa.
Pensamos, sentimos y queremos lo que vemos a otros pensar, sentitir y querer. Muy pocos consiguen disociarse de esa existencia enajenada.
Lo que hoy se llama democracia es una degeneración de los corazones.
La opinión pública y democracia es la purulenta secreción de almas rencorosas.
De Madrid a Asturias o los dos paisajes.
León es la ciudad de los chopos, Ôrbol fiel a toda la meseta.
Durante este verano he vivido mes y medio en Asturias, insuficiente para conocer el cuerpo y el alma de una comarca.
Existe el perjuicio inaceptable de no considerar bellos mÔs que los paisajes donde la verdura triunfa.El paisaje verde promete una vida cómoda y abundante. El paisaje castellano no es verde es un paronama coral y de oro, violeta y de plata cristalina. Los fisiólogos saben bien que los colores amarillos y rojo aumentan de un modo aytomÔtico nuestras pulasciones y crece mientras mÔs crece la extensión de tonos calientes ante nosotros.
Rellenar los espacios vacĆos en templos de columnas era por el miedo que aĆŗn sentĆa la retina egipciaca ante los grandes espacios vacĆos. Y multiplicaban las columnas dentro de su templo.
Los valles catƔbricos se hallan resonando canciones de mil aƱos que se escapan como pƔjaros por los claros de la fronda. En Castill es el campo mudo.
Un pueblo es una suma de deseos, de intereses, de pasiones y de inteligencias.
Meditación del Marco.
Dos cuadro tengo sobre mi habitación: La Gioconda y Hombre con la mano en pecho. Si Don Juan no es ni padre, ni marido ni hermano ni hijo, La gio tampoco es nada de eso. Es Doña Juana. La mayor parte de las mujeres tienen de mujer una sola hora en la vida.
Los marcos son importante. No es ropa ni adorno porque no atrae la mirada. Son dorados para meter esplendor entre el cuadro y todo lo demÔs. En China y Japón no hay marcos.
Moralejas. No ser hombre ejemplar.
La sociedad humanatiene semejanzas externas a las sociedades animales. El instinto humano consiste en docilidad de uno a otro ejemplar. Y asà es como se construyó la iglesia.
La trayectoria espiritual es todo lo contrario a lo que es . Direxctamente ser ejemplar y no en qué y cómo. Y ser ejemplar es una inmoralidad.
La perfección no nos la exige nadie. De ahà el hombre perfecto, siente faltar asus propias normas como caer en pecado.
Esquema de SalomƩ.
Hay casos extremos donde la especie se niega y se convierte en su contrario.
Las Salomés buscan siempre un varón tan distinto de los demÔs varones que casi siempre pertenecen a un sexo desconocido. Juan Bautista es un hombre de ideas y Don Juan su polo opuesto un hombre de mujeres. Salomé no necesita ser amada de él sino apoderarse de su persona para imponer en su contorno su voluntad.
Notas del vago estio.
Los caminos tienen sus sufrimientos, morales unos, corporales otros.
Maimónides decĆa que una de las cosas mĆ”s terribles de la vida es la vacilación, tener que decidirse ante muschas posibilidades iguales. La razón cuanto mĆ”s rtrabaja mĆ”s se hunde en la perplejidad y mĆ”s descubre el fondo de asno. Y asĆ nuestra existencia nos acaece varias veces.
El mundo es materia blanda y plĆ”stica para la vitalidad del niƱo, que de las rocas atroces un juguete magnĆfico.
El agua tiene el poder mƔgico de unir cosas.
En el fondo el hombre no respeta su razón cuandola mira por dentro, en su uso civil y cotidiano. En cambio le emociona ver esa razón por de fuera, como fenómeno cósmico, como fuerza de la naturaleza. Entonces percibe que la razón, es decir, la reflexión es tan ingenua, tan poder elemental como el instinto o la gravitación.
Hay épocas que la humanidad mejor llega a olvidarse de esto y vive sólo lo intrahumano, ciega y sorda para el resto del cosmos. Son las épocas de Ôgora, plazuela, academia y parlamneto en que vagamente se imagina el mundo como algo obediente a leyes municipales, donde la pequeña inteligencia del hombre lo decide todo, sin niebla ni misterio. Son sin duda épocas claras, pero pobres sin jugo. Son las épocas clÔscas en la que la mente se reduce a una existencia provincial, limitada y se toma demasiado en serio a sà misma.
Un hombre de hoy no es nada(no tiene ni derechos ni calidades)si no es ciudadano de un estado. Y estado es una colectividad prevuia a cada individuo. "Los demĆ”s"nos preceden como una condición de nuestra existencia jurĆdica, moral y social.
En toda empresa haydos ingredientes: el apetito de ejecutarla y el temor del peligro que ocasiona. En el espĆritu guerrero prevalece el apetito de acción sobre el peligro, por ser un radical sentimiento de confianza.
La industria y la guerra aunqueespiritualmente opuestos, influen el uno en el otro se fecundan y limitan, proponiendo una sĆntesis fĆ©rtil.
Una vida de ritmo lento serĆa mĆ”s larga que lo mĆ”s rĆ”pido posible. Las emociones y el pensamiento no son las mismas.
El castigo o la penaconsiste mÔs bien en un insulto oficial, porque sólo el insulto castiga la persona, hiere la intimidad.
Uno ha visto tantos hombres que de buena fe necesitan, ademƔs de su destino real, dar a su vida una especie de segundo piso imaginario donde poder representar una comedia de grandes actitudes y hacer cuadros plƔsticos de virtud, de ascetismo y sacrificio.
A este linaje pertenecen todos los que se creen con una "misión". Tienen confusa su aptitud para el destino primario y caen en el secundario caprichoso para fingir una compesación.
Por ejemplo el escritor sin talento tendrÔ que convencerse a sà mismo y a los demÔs de que escribir no es tener ideas, imÔgenes, gracias, amenidad, música...sino defender el socialismo o combatir la libertad.
El criado es de lo mÔs nobley mÔs bella, como lo era Cervantes del conde de Lemos. Pero hoy servir a otro hombre es una operación inferior. Denigrante.
Nuestras ideas económicas han empobrecido y simplificado al humano, casi no conocemos otra retribución que el pago. Se paga una faena humana como una mercancĆa.
La riqueza es el medio para adquirir lo que se necesita o desea.. Pues el mejor orden es sentir la necesidad o deseo y despuĆ©s pensar en la cuantĆa exigida. Pero el hombre quiere primero la riqueza, y esto hace crecer la producción, no porque haga falta sino por adquirir la riqueza.
La ciencia y el arte viven de ser problemas y sólinteresan a aventureros.
Las playas son los lugares femeninos de las costas.
En el bar BasqueBiarritz, Nos presentan un pescado lĆvido con gelatina litĆŗrgica y con diversas sustanciaslleva tatuado su cuerpo fiambre. Una obra de arte.Parece guisado por Picasso.
SerĆa forzoso decir que la mujer elegante con frecuencia no es la mĆ”s interesante. La elegante estĆ” todo el dĆa al servicio de la elegancia. La elegante vive siempre atropellada.
FraseologĆa y sinceridad.
Una vez sabido algo, todo lo demÔs nos es consabido, hasta lo que mÔs ignoramos, porque suponemos que el resto de sconocido del universo, es igual al trozo conocido y a esta suposición Leibniz le llama razón.
La mayorĆa de la gente es incapaz de pensar si no repite frases. La sinceridad abandona a cada individuo a sĆ mismo, suprimiendo la intervención tutelar de las frases.
Dios a la vista.
La religión son actos que el humano dirige a la realidad superior: fe, amor, plegaria y culto. Pero tiene otros actos mentaleslejos de la religiosidad.
El hombre agnóstico estÔ acomodado a lo inmediato.
Meditación de el Escorial.
Felipe IIlo dedicó a San Lorenzo que en su onomĆ”stica se dio la vistoria de San QuintĆn, contra los franceses.
Nunca una iglesia se hizo al dios desconocido.
Lo divino es la idealización de las partes mejores del hombre y la religión es el culto a la otra mitad, lo Ćnfimo e inerte.
La hermana de Nietzsche decĆa que su hermano pensaba de los espaƱoles: "Hombres que han querido ser demasiado". No hemos querido imponer un ideal de virtud o verdad sino nuestro propio querer.
Ela demƔsn el coraje es nuestra grandeza y nuestra miseria. A un hombre esforzado no le interesa el fin sino la dificultad y la cantidad de coraje que consuman. La hazaƱa.
El esfuerzo puro solo te lleva a la melancolĆa. Y al final surgen las dudas de las hazaƱas.
Cuaderno de bitƔcora.
Francia ha dado su alma a todas las formas posibles. Allà se es libre de nacimiento, no necesita conuistar por su esfuerzo una precaria manumisión. Y su catolicismo es magnético.
Si en EspaƱa la familia es un cĆrculo cerrado excluye y la sociedad incluye, los franceses conviven con las dos. Viven de todas las fuentes.
El romĆ”tico se sentĆa agusto sólo cuando perdĆa la serenidad, como el aguardiente, ponerlo fuera de sĆ.
Divagación ante el retrato de la Marquesa de Santillana.
Nuestra naturaleza es teatral, la de la mujer es mÔs señorial ante la existencia: no hace su felicidad de un público ni su acepatción, mÔs ella es el público cuando acepta o no al hombre. ël instintu de expansión , ella de ocultación. Vive con su alma a la espaldas de lo exterior.
Pero ella espera la ocasión para ser el torbellino apasionado lo que deja al hombre a la zaga, avergonzado, usado, calculador y vacilante.
Para mi la vida consiste en una pasión limpia y finamente dramÔtica.
Socialización del hombre.
La vida privada cada vez es menos oculta, sobre todo el castillo de la familia. Aunque Europa quiera individualizar hace lo contrario, desindividualizar.
La socialización es una tarea pavorosa, ya que lo mĆo es de los demĆ”s.Y esto obliga a que los demĆ”s sea mĆo.
Lo colectivo vuelve a ser tirano, la prensa se cree con derecho a publicar vida privada, juzgarla, sentenciarla. Y el poder nos fuerza a dar nuestra existencia a la sociedad.
El hombre se siente oveja, por eso en Europa buscan pastor y mastĆn. Porque el liberalismo es creer que ha de quedarse uno franco para henchir su individual e instransferible destino.
0 Comentarios