Cuando yo era joven mi Xodó era guapa y alegre (como todas lo han sido), pero dos grandes problemas enfermaban su alma. 

El primer problema era que no le gustaba lo que estudiaba. 

Su padre un gran científico de la época, cromañón, le dijo aisitido por su nueva novia (una de las muchas) psicóloga de esa de las de muchas consultas; que tenía que estudiar una carrera sí o sí. Por supuesto algo que tuviese que ver con la mente. Para su posterior inspección y como decía Nietzshe para quedar por encima del hombre normal.

Mi Xodocita, ante tanto mandato y ante tanto miedo a que le cortaran el pienso, pienso que les daba las juergas obligatorias los fines de semana, cual analgésico por lo que tenía que soportar, se matriculó en la carrera resoplando y maldiciendo...Años después una agencia de seguros se lo certificaría. O sea, que vendería seguros.

El martirio chino por el que tuvo que pasar durante 4 años de su intensa vida, se llamaba Ciencias de la Pedagogía, o algo así. Por entonces ella era fumadora habitual, normal, había que coger aire de donde fuese...

Segundo problema: Piaget. 

En esa carrera había que leer  libros y libros de Piaget. 

Y se le ocurrió una brillante idea: decirle a la rata de biblioteca que tenía a su lado, que tenía que hacer los resúmenes de tantos libros. 

Yo no sabía quien era , pero como rata de hojas de papel, me leía lo que me echaran... La verdad que por entonces estaba enganchado a los libros de Carnegie, pero Piaget lo tomé como el recreo de mis otros libros. 

Entró tan de lleno en mí que soñaba con él y llegué a muchas conclusiones. Pedagogía es para decirlo fácil, es la ciencia del profesor del profesor, es decir, el pedagogo es el profesor del profesor. Para mí no tiene otras salidas sino crear curriculum a profesores. Pero...Hay que leer sí o sí a Piaget.

Piaget me enseñó como dije antes varias cosas, pero lo fundamental es que la educación de un niño se complementa con el colegio. Es decir, la educación del niño empieza en el hogar. Dicese hogar el lugar donde conviven familias donde el amor reina. Pero eso del amor reina está casi extingido. Ojo casi, porque el término "casi" tampoco se escucha últimamente, se glogaliza todo.

Piaget sentía que la educación es esculpir el diamante salido de casa, pero de casa salen muchos carbones. Nada de diamantes. Y Piaget lo tiene claro. Familia destructurada, niño destructurado, el colegio no va a estructiurar algo que viene destructurado.Difícil ¿no?

Pongamos un ejemplo. Mejor contemos un cuento. 

Francisquito es un niño que le gusta jugar al fútbol en el parque con sus amigos. Su madre es flamenca y le gusta cantar flamenco y escuchar los Chichos. De momento en su casa Francisquito empieza a llamarse Kiko. Es mucho más largo decir Francisquito y cansa, para llamarlo a gritos por la ventana para que se suba rápido para casa a hacer los deberes.

Por supuesto Francisquito tiene que ponerse a hacer los deberes sólo. La madre tiene mucho que hacer y el padre está teminando el último botellín que le queda tras una jornada laboral de ocho horas a raja tabla. Ninguno de los dos tiene tiempo para ello.

Kiko, ya más fácil de llamar, no sabe qué hacer , no entiende nada de los deberes y no sabe cómo desarrollarlos. Su madre Isabel va al Corte Inglés y con la tarjeta a plazo le compra un ordenador, el más grande, para que Kiko haga los deberes, y de paso le compra un monopatín eléctrico para que vaya al colegio, se salte todos los cedas el paso, todos los semáforos y vaya por la autovía... A su niño que no le "farte de ná".

Kiko ya está en fase Jobs, es decir está Jobsizado. Da igual si lo llamas robotizado, no importa. Y los padres esperan que Kiko sea un niño de estudios, que lo apruebe todo y que sea por lo menos médico o abogado y que les compre una casa y cuide de ellos. Cuando sean mayores...

Si piensas un poco ya sabes cómo va a terminar este cuento.

Y Piaget lo decía: la educación empieza en el hogar. 

Y yo digo: ¿Piaget o Jobs? ahí está la elección vital.