La vista de este lugar que sigo hace más de 3 años en Instagram fue una gran alegría para mí, ya que la historia es maravillosa.

Una vagabundista cuando me encontraba en Alcalá, Ana Paniagua, me contó que su familia tenía un negocio en La Puebla de Cazalla, que ahora es un restaurante y que antes fue un bar de copas. Se trataba por supuesto de Zepelín. 

Regentado por su hermano y su esposa, Jesús y Alicia, que hacen las maravillas en ese pueblo que tanto amo por mi pasado en Biecol...


Nada más entrar nos atendío un chico maravilloso que nos explicó la carta y los fuera de carta, yo le pregunté por Jesús Pasniagua, "Elpani", y me dijo que estaba en la cocina. Lo saludaría después de visto, que estaba hasta la bola el local. 

Diferenciado por dos salones, el nuevo y el antiguo, con un escenario, pero regentado por una chimenea calentita, nos sentamos en la parte antigua y nos recibieron de nuevo otros compañeros camareros para preguntarnos si nos habían dicho el fuera de carta...Servicio excelente...

Nada ponernos las bebidas, y ponernos el aperitivo con mucho arte (unas aceitunas muy buenas en una copa) pedimos las comidas.


Para empezar pedimos unas "Croquetas de Huevo frito con Chorizo", pedido obligado donde voy.


Xodó amante del arroz pidió "Maki Frito".


Y por supuesto, cuando lo hay en cualquier sitio, pido el"Pollo Frito", que me encantó con su aroma de cítricos y vino y el rebozado especial.

Tras ello pedimos un pescado "Bacalao Confitado con Salsa de Tomate", no me equivoqué en la elección, las salsa de tomate era magnífica.


Pero donde nos quedamos boquiabiertos fue en el postre. El amable camarero que nos atendió nos dijo que lo que más salía era la Tarta de Queso y la Torrija, muy copia pega para mí, pero que lo que más le gustaba es el "Lemon Pie" que nadie pide. Yo amante de esa tarta newyorquina, sin dudas y sin preguntar a Xodó la pedí.


Cuando metimos la primera cucharada Xodó y yo nos miramos, y nos reímos...Mira que no queríamos postre porque íbamos a ir a "Corpas" a comprar unos pastelitos. Pero como el Universo nos enseña, nunca hay que decir que no...¿Vaya tarta!, que maravilla, cítrica de verdad y aún la recuedo en boca. Espectacular.

Tras pagar y dar las gracias, llamé a Jesús y me presenté, pero él se quedó un poco pez, ya que salía del servicio y no daba pie con bola. Como educado y sabio, me mandó un privado por Instagram para disculparse de no haber caído. Y es que nos seguimos hace más de 3 años... Le dije que no pasaba nada y que volveríamos, seguido de un gran abrazo.

Pero la retirada de aquel hermoso pueblo no fue sin pasar por "Corpas", aquella confietría que deleitaba nuestras navidades con la "Torta de Miel".

Aunque no había, compramos mi obligatoria palmera de chocolate y unas tortas bañadas en chocolate y la obligatoria tarta de Manzana de Xodó. Un regalo que nos merecíamos tras una gran semana de triunfos en nuestros respectivos negocios.


Sólo dar las gracias a ese maravilloso pueblo con un hasta pronto obligado...