“Estudios sobre el amor”.José Ortega y Gasset.

30/7/19

Si quieres el libro pincha en el siguiente enlace, de lo contrario te dejo mis apuntes:

ESTUDIOS SOBRE EL AMOR

Nota preliminar.

Lo humano parece condicionado por el hecho de ser en su raíz: viril y femenino.

Epílogo al libro de “De Francesca a Beatrice”.

Es una pena que la influencia de la mujer en la historia sea un asunto intacto y de que la gente no sabe nada. Pero la historia a evolucionado a ritmo sexual.

Si quieres saber lo que es debido a cada caso, ve a la tierra de las mujeres.

De suerte que la mujer es mujer en la medida en que es encanto o ideal. Si la mujer no encanta no se eleige.

La vida socia es un continuo concurso abierto entre los hombres para medir sus aptitudes con ánimo de ser preferidos por la mujer.

Esa mujer que no sabe más de ciencia que nosotros, crea menos arte, no rige pueblos ni batallas, y si embargo percibimos en su persona ua superioridad sobre nosotros de índole más radical que cualquiera de las que puedan existir, por ejemplo, entre dos hombres de un mismo oficio.

La excelencia varonil radica pues en un hacer, y la de la mujer en ser y estar; o lo que es lo mismo la mujer vale por lo que es y el hombre por lo que hace.

La suprema misión en la tierra de la mujer es exigir la perfección del hombre.

El fuerte de la mujer no es saber sino sentir.

La feminidad es una dimensión esencial de la cultura que hay una cultura específicamente femenina con talentos y genios, donde hace colaboración a la historia.

La perfección radical del hombre consiste en mirar el infinito a través de un alma femenina.

Un individuo queda definido más por sus ideales que por sus realidades.

Una vez descubierta la vida del alma es demasiado fácil porque es imaginarla.

 Para una psicología del hombre interesante.

I.

El alma del niño ha de tener por fuerza distinta estructura que la del anciano y que un ambicioso posee diferente figura anímica que un soñador.

Conocer alas cosas no es serlas; ni serlas , conocerlas.

II.

Es un enorme error interpretar un amor por actos y palabras.

Lo esencial es que se sienta entregado al otro, cualquiera que sea la decisión de su voluntad.

Es pues esencial en el amor de que hablamos , la combinación de los dos elementos susodichos: el encantamiento y la entrega.

Diríamos que el amigo se toma en su propia mano y se dona al otro. En el amor, lo típico es que se nos escapa al alma de nuestra mano y queda como sorbida por la otra.

En la atracción sexual no hay propiamente atracción sino deseo y ser encantado.

El hombre está enamorado en la proporción que se haya vuelto estúpido o pronto a hacer disparates.

En el amor encontramos el síntoma decisivo de lo que ua persona es.Todos los demás actos y apariencias nos pueden engañar sobre su verdadera índole: sus amores nos descubrirán el secreto de su ser, tan cuidadosamente recatado. Y sobre todo la elección de amado. En nada como en nuestra preferencia erótica se declara nuestro más íntimo carácter.

El amor es todo lo contrario de un poder elemental.

El amor es un hecho un poco frecuente y un sentimiento que sólo ciertas almas pueden llegar a sentir, en rigor, un talento específico que algunos seres poseen, el cual se da de ordinario unido a los otros talentos, pero puede ocurrir aislado y sin ellos.

Muy pocos pueden ser amantes y muy pocos ser amados.

Los tres condiciones del amor: emoción, percepción o cómo se ve lo amado, constitución o como es nuestro alma.

Vivir es más vivir aumentando los latidos, si no es así, no es vida; la vida está enferma.

La curiosidad prepara el órgano visual, pero éste ha de ser perpicaz.

Así ocurre que esa intuición suele darse relativamente más en la mujer que en el hombre, al revés que el don del intelecto, tan sexuado de virilidad.

El amor, aunque nada tenga de operación intelectual, se parece al razonamiento en que no nace en seco y por así decirlo, sino que tiene sus fuentes psíquicas en las cualidades del objeto amado.

Facciones del amor.

No sól se ama al hombre o a la mujer sino al arte, ciencia y a dios.

Para el amor el odio son dos formas del deseo, del apetito o lo concupiscible.

No hay nada tan fecundo en nuestra vida íntima como el sentimiento amoroso.

El amor se separa del deseo al separar poseer algo, que forme pate de nosotros. Por eso el deseo muere cuando se logra; pertenece al satisfacerse. El amor en cambio, es un eterno insatisfecho.

La mujer enamorada prefiere las angustias que el hombre amado le origina, a la indolora indiferencia.

Pero el acto amoroso no comienza sino después de esa excitación; mejor, incitación.

En el amar abandonamos la quietud y asiento dentro de nosotros.

Amar una cosa es estar empeñado en que exista, no admitir que está ausente. Amar es vivificación perenne.

 Amor en Stendhal.

I.

No es que el amor yerra aveces, sino que es por esencia un error.

El hombre sólo ama lo digno de ser amado.

II.

Don Juan no es el hombre que hace el amor a las mujeres sino las mujeres le hacen el amor a él.

III.

A diferencia del amor, la voluptualidad es satisfacerse con cualquiera.

Recuerda la doctrina saint-simoniana que el el individuo es la pareja hombre-mujer.

IV.

El enamoramiento es un estado de miseria mental en que la vida de nuestra consciencia se estrecha, empobrece y paraliza.

El amor en sí mismo no es desear.

Hay muchos amores donde hay de todo menos amor.

V.

El enamoramiento es un estado de la atención. Atención anómala.

El enamorado tiene la impresión de que su consciencia es más rica. Al reducirse su mundo se concentra más.

VI.

El amor es obra de mayor arte, magnifica operación de las almas y de los cuerpos.

No hay amor sin instinto sexual.

VII.

El enamoramiento es un encantamiento.

El místico como el enamorado, logra su anormal estado fijando la atención en un objeto.

Desde el aguardiente hasta el trance místico son variados medios para salir fuera de sí. Salir fuera de sí ha creado todas las formas de lo orgiástico.

Pero este sorprendente paralelismo entre éxtasis y amor cobra más grave cariz cuando comparamos ambas cosas con otro estado anómalo de la persona: el hipnotismo.

La mujer enamorada siempre se despierta porque que la parece no tener nunca delante en su integridad al hombre que ama.

El amor es más humano y menos violenta.

 La elección en amor.

I.

Un hombre racional y libre es próximo a ser falso.

II.

En lo más profundo de nuestro ser, donde la voluntad actúa, ya está decidido a qué tipo de vida quedamos adscritos.

La belleza que atrae rara vez coincide con la que enamora.

III.

Lo más frecuente es que el hombre ame varias veces en su vida. Es plural en el amor. Todas con la misma feminidad. Pero la condición de la mujer es muy distinta

El que  éramos al nacer , seremos a la hora de morir.

El carácter cambia si se llama a este cambio evolución.

Nuestro ser profundo parce en cada una de esas dos o tres etapas en girar sobre uno, desplazarse hacia otro cuadrante del universo y orientarse hacia nuevas constelaciones.

Paréntesis.

Mal puede ser entonce el amor apentencia sexual sin más.

Si el hombre no tuviese tan fértil y tan generosa imaginación no amaría sexualmente como lo hace en toda posible ocasión.

El amor se equivoca a veces como lo hacen lo ojos y lo oídos.

IV.

Se ha a costumbrado la gente a pesar que la existencia no tiene sentido , bueno ni malo, sino que sobrevienen por una mezcla de azar y fatalidad mecánica.

La equivocación no existe, sino las consecuencias de ese modo de ser, y a esto es a lo que llamamos equivocación.

Enamorarse de un físico desvela su modo de ser específico.

La mujer se enamora del físico masculino excepto: la mujer masculina, la prostituta, la satisfecha con su vida plena sexual y las de gran temperamento

V.

No somos consciente de la influencia en nuestra vida de nuestros amores.

Cada generación prefiere un tipo de varón y mujer en general.

La mujer es la primera que crea los oficios: agricultura, colectora y ceramista.

VI.

Las clases políticas dependen de las mujeres predominantes.

Los elegidos según la selección sexual son los mejor adaptados.

Digámoslo con crudeza: a las mujeres nunca les ha gustado os genios, cuando sus condiciones no van acorde con la genialidad. Porque el genio es un hombre interesante, y el hombre interesante no interesa a los hombres. El hombre rico si destaca.

Para la historia del amor.

I.Cambio en las generaciones.

El amor está en baja. Hay modas en los sentimientos. Cada época tiene su estilo de amar.

El hombre de cuarenta quiere una de veinte aunque socialmente sea mal visto , pero debería ser lo más natural porque el hombre siente entusiasmo. Pero es incongruente y torpe observar un hombre maduro cortejar una doncellita…

En el amor colaboran la fantasía, el entusiasmo, la sensualidad, la ternura y muchos otros simples de la química íntima.

El amor cortés vacila entre sentimiento real y ficción simbólica y el amor matrimonial es plena realización y dinámica amorosa exenta de materia.

Paisaje con una corza al fondo .

El escéptico es el hombre de vida más nutrida, más rica y completa.

El corazón se sube a la cabeza, se acepta la emoción como un alcohol; es un sabor nuevo, que embriaga y la gente busca ahora, sobre todo, embriaguez.

Vivir es para ella (la casquivana) es ponerse y quitarse trajes, ir y venir de una fiesta a otra, gastar dinero, no parar, baile, gastecitos, invitar y ser invitada.

Nadie puede salta fuera de su sombra ni tener otras convicciones que las que tiene.

Nada ha sembrado en uno tanta melancolía como esta averiguación de que el número de los inteligentes es escasísimo.

Es innegable que mucha parte de la ciencia y la literatura se ha hech en trance sonambúlico, es decir, por criaturas nada inteligentes.

La difrenecia entre el inteligente y el tonto consiste en que aquél vive en guardia con sus propias tonterías, y el tonto se entrega a ellas encantado y sin reservas.

Por esa razón del estímulo constante hay más probabilidades para que un intelectual sea inteligente.

El hombre todo lo que hace y obtiene por razones sobre todo utilitarias.

La idea de que el hombre valioso tiene que enamorarse de una mujer valiosa, en sentido racional es pura geometría.

Prólogo a “El Collar de la Paloma” de Ib Hazm de Córdoba .

Nadie puede tener las mismas ideas que otro, si de verdad, tiene ideas. La idea es personal e instransferible. El tópico es el lugar en común , donde coinciden, se identifican y confunden, y donde los hombres se desmaterializan y se deshumanizan.

La territorialidad y el plasma sanguíneo califican la nacionalidad de un hombre, la sustancia histórica de que está hecho, y sólo tiene eficacia cuando se dan en é antes todos los demás.