”Viaje a
Portugal”.José Saramago.
Prólogo. Claudio Magris.
Incluso las líneas de este viaje ponen en guardia contra los prólogos, inútiles si la obra no los exige e indicio de su debilidad, si los necesita.
Saramago viaja por Portugal, pero al mismo tiempo por el interior de sí mismo y no sólo como él dice, porque Portugal es su cultura.
José Saramago. Viaje a Portugal.
A quien me abrió puertas y me mostró caminos- y también en recuerdo de Almeida Garrett, maestro de viajeros.
Presentación.
Maloes que una obra precise de un prólogo que la explique, malo está también que un prólogo presuma de tanto.
El viajero viajó por su país. esto significa que viajó por dentro de sí mismo, por la cultura que lo formó y está formando, significa que fue, durante muchas semanas, un espejo que refleja imágenes exteriores, una vidriera transparente que luces y sombras atravesaron, una placa sensible que registró en tránsito y proceso, las impresiones, las voces, el murmullo infinito de un pueblo.
De nordeste a noreste, duro y dorado.
El viajero es un sentimental. Para el coche, arranca un erizo, es unrecuerdo sencillo para muchos meses, ya el erizo se ha resecado y cogerlo es volver al castaño del borde de la carretera, notar el aire vivísimo de la mañana, tanto cabe, en definitiva, en una campestre promesa de castaña.
Éste es un defecto del viajero: quiere que lo bueno tenga más de loq eu ya tiene. Que los predonen los pauliteiros.
Una posta fue para el simepre un tronco de pescado. ¿En qué país estoy?, pregunta el viajero al vaso de vino, que no responde, y benévolo se deja beber.
Sobre las iglesias uno mucho se engaña quien crea, que habiendo visto una, las ha visto todas.
Las inscripciones dejados por un Ministro de Obras Públicas, tganto que la "idea humana" se alaba de haber sido, en incrispción adecuada "los habitantes nunca olvidarán", son inscrpciones dudosas, cuando un historiador y epigrafistas dan con la lápida. Sobre el nombre del presidente alguien escribió ladrón, vocablo perturbador que quizás sea desconocido en tiempos futuros.
Ciertas cosas que mucho se desean, no es raro que nos dejen perdido cuando las obtenemos.
El viajero no es bebedor: gusta de su vino blanco o tinto, pero su organismo repele los aguardientes.
En Río de Onor hay otras reglas. Un muchacho que lleva la vacada llevaanmales de todo el pueblo al pasto que es de todos. Ofrecen pan y aguardiente aquien va por allí y hay una hoguera para todos cuando el tiempo anda metido en lluvia o llega la invernada.
El v iajero tiene un gusto mórbidopor gente que se alabe de normal y habitual, y es que dándole la gana o el gusto o la disposición de su espíritu suele visitar los cementerios, apreciar las estatuas, lápidas...y saca la conclusión que el hom,bre es vanidosoincluso cuando ya no tiene razón para seguir siéndolo.
Hay quien no garantiza nada sin jurar, hay quien se niega a decir más que si y no. Digamos que el viajero está en el término meidio de estas posiciones y sólo por eso no hace juramento formal de sóloviajar, en el futuro, por ese tiempo brumoso y de lluvias en otoño cuando el cielo se esconde y las hojas caen, bello es también el verano.
Dce el tentador:"Con que andas de viaje ¿eh?". El viajero se tutea con mucha gente pero no con el enemigo. Y respondió: "Ando, ¿desea usted algo?". Vuelve el maligno"Venía a decirte que estos ángeles están sujetos sólo por un espigón, tiras y te quedas con ellos en las manos, la virgen mejor que la dejes, es muy pesada y grande y te verán al salir". El viajero se enfadó: "O se larga usted de aquí o le arreo un puntapies en la rabadilla que va volando a casa", es decir, al infierno. El diablo, tan aparatoso es cobarde pese a todo. Tenía el viajero más que decirle pero se quedó con la palabra en la boca.
Unos van a La Meca. Jerusalen, Fátima...El viajero va a Samardá.
A los pies de una alberca corre un reguero de agua y las abejas no callan. Hay realmente momentos felicies en la vida.
El mundo no está bien organizado, no sólo por lo que nos falta o nos sobre sino el delito de traer a la carretera a todos los protugueses y no poderse ver la impresión de las laderas...
La paciencia es una gran virtud, dígalo si no, San Gonzalo, que en el s.XII hizo un puente y tuvo que esperar 5 siglos para que le hiciera una tumba donde no está pero no le faltan las ofrendas.
Tal vez por ser el apisaje así, el viajero no se siente atraído por los lugares habitados.
No hay límites para el silencio. Se sienta en el suelo arenoso, coge un tallo tierno y oye su propio corazón.
Volvió el viajero a Amarante y no se paró. Simple cuidado de prudencia, ya que tiene artes de mujer y sería muy capaz de cautivar al incauto.
No le gusta el sueño que tuvo , el viajero. Se toma un café que cubrirá más eficazmente sus negruras interiores.
Se podría morir de pena viendo las chimeneas industriales, oyendo los rumores industriales y hasta el viajero hombre de su época se siente confuso y aturdido en Matosinhos.
El viajero viaje y quiere que sea todo para él y se ofende si alguien se anticipó a sus visitas y placeres.
En el convento de Santa Clara tiene como guía un alumno de allí y el viajero tiene graves conversaciones de enseñanza y profesores. Otrso viajeros se preocupan más por llenar los ecos que con abrir los ojos.
El viajero tiene sus manías y una de ellas es querer ver con sus propios ojos aunque sea fugazmente y con los de la despedida, las cosas que desea.
Cuando alguien huye de las ciudades del mundo, son los cuidados del mundo los que viene a buscarlo.
El viajero va muy feliz. Le es muy indiferente encontrar la iglesia, o n encontrarla, lo que él quiere es que le camino no se acabe.
El tiempo no se para. El viajero vuelve por el mismo camino, va procurando fiijarlo todo a la memoria, las grandes losas del suelo, el rumor del agua, las vides colgadas de los árboles, el verín en las cruces y en sus pensamientos se dice que la felicidad existe y no es la primera vez que le acontece hacer tal descubrimiento.
El viajero tien poco de modesto pero en este caso le ordena la prudencia que de la palabra a quien la merece y más derecho tiene.
Eñ vejero se va tristísmo cuando algo está en deshueso y se va deteriorando en este caso un pazo...
Aquí se habla de impresiones, de ojos que pasean y aceptan el peligro de no captar lo esencial por prendarse de lo accesorio. La riqueza decorativa acumulada por los sigloes ne le interior de la catedral de Braga sólo tiene el efecto de ser excesiva para la capacidad de asimilación de quien allí entra..
El viajero continua apostando por las intuiciones, pero no hace opinión de ellas y mucho menos aseveraciones. Que piense cada cual lo que quiera mientras no den pruebas que lleven a pensar a todos del mismo modo.
Hay voces llegadas de lejos que nos hablan tan cerca del oído y del corazón que cubren todas las fanfarrias.
La historia del gallo de Portugal.Hubo en Barcelos un crimen y calleron las sospechas sobre un gallego y fue condenado a la horca. El juez celebrando coger al asesino, el asesino en aquel banquete dijo que estaba tan seguro de su inocencia que el gallo que se estaban comiendo cantaría cuando lo llevarían a la horca. Y cantó el quiquiriquí mas alto que jamás se escuchó y el juez , servilleta en cuello salió corriendo a quitar la horca del cuello al gallego. Y exsculpieron la imagen a los pies del cristo del crucero del Señor del Gallo.
Cuando el viajero está lejos de aquí, allá en la granciudad y se amargo su día, recordará el lago de Canisada que cubre los valles pedregosos y a veces tierras fértiles, con casas de hombres, verá con recuerdo las laderas pinas, y ese reflejo en el agua dará el silencio para murmurar "Yo soy".
Debe ser una buena sensación despertarse por la noche, pensar en la piedra, saber que ella está allí, cuidando de la casa y del alpende como un guardia que se cubrió de musgo y líquenes tal como otros se cubren de canas y arrugas.
El viajero no va de buen humor. SAbe no obstante lo suficiente de sí mismo para sospechar que su mal nace de no poder coinciliar dos opuestas voluntades:la de quedarse en todos los lugres, la de llegar a todos los lugares.
En los vbancos de la iglesia están sentados viejos y viejas de extrema antigüedad, tosiendo desesperadamente, ahora uno, luego el otro, son los grandes catarros y constipado de este clima húmedo tiempo, y en la capilla un cura de rodillas con la cabeza apoyada en el altar. Nunca vio el viajero nada igual, y no le faltan iglesias ni el respeto que le merecen
El pórtico de Nasoni en la catedral de Porto parece más que bien integrado en el conjunto: este italiano criado y educado por maestros de otro hablar y entender, vino aquí a escuchar profúndamente qué lengua se hablaba en el norte de portugal y después la pasó a la piedra.Perdónese la insistencia: no comprender esto es delito grave y muestra poco sensibilidad.
El vino verde de Castoloes es vino en puroeestado de gracia, a la exacta temperatura que le comviene, no ataca la fisionomía humana. Apensa entra en boca, se derrama en la sangre, es realmente absorbido por ósmosis, sin los groseros procesos de la digestión.
El viajero sabe que está inentando expresar lo inefable, que no hay palabras capaces de decir lo que un agota de agua es, cuanto menos este cuerpo vivo que une tioerra y mar con un enrome corazón.
Y bueno es que el viajero vaya con la idea de que no todo son rosas.
Cuando al viajero le da el apetito del amuerzo, viene un recuerdo de los confines de su memoria. En Aveiro comió una sopa de pescado que ha quedado hoy en la retentiva de su olfato y de las papilas de la lengua. Quiere comprobar si los milagros se repiten, pregunta por el cocinero que ya no está el Palhuca , estará cocinando para los ángeles. Baja el viajero la cabeza, vencido, y se va a comer a otro lado. ni la sopa era de Palhuca ni el viajero era el mismo: habían pasado muchos años.
En los murales de la sacristía de Nossa Senhora da Penha María Magdalena despidiéndose de los vicios y oropeles del mundo para refugiarse, pecadora arrepentida, fea ya y desgreñada, en una caverna que ni los animales querrían para sí. Así está hecho el munod:a una santa la convirtió el pintor Pachini en una muñeca, con la otra hizo esta desconsideracíón.
Se comprende que el viajero busque preferentemente tierras pequeñas, sosegadas, donde él mismo pueda oír bien las preguntas que hace, aunque no reciba respuestas.
En Mamarrosa el viajero tiene dos sorpresas una en la capilla del Sacramento y otra al preguntar donde se come bien y le dicen en el Marqués de Marialva.Bacalao al horno que quedará en su memoria, un vino con carácter, unos pasteles de nata servidos en sus naturales y quemadas hornillas de lata, un aguardiente en botella cubierta de hielo, un café honrado. Pagó y salió con la intención de que aún había quedado algo a deber.
Duda el viajero si seguir o no cultivando sus antipatías, y es que Conímbriga fue invadida por los suevos, se estarían ahogando en el mar y vienieron para ahogar en tierra a la gente.
La vida es muy complicada, pensamiento de poco brillo y aúnmenos originalidad y entonces el viajero deja a un lado rencores y tener la justa piedad para unos pobres huesos que de los alimentos de la tierra portuguesa se formaron y en pago a ello volvieron.
El viajero tiene que confesarlo aquí: no precisa de imágenes sacras para orara a sus piés, pero sí preecisa que sean defendidas, porque son obra del genio del hobre, belleza creada. Cuando mira a la virgen de la Misericordia: admira y ama.
Hablamos mucho en Portugal de románico, manuelino y barroco. Hablamos menos de renacimiento. Será porque todo él vino de importación.
En Coimbra ssi al viajero le gusta el románico tanto como dice, tiene allí, en la catedral vieja, satisfacción asegurada, porque y en esto el acuerdo es general, esta Se Velha es el más hermoso monumento de este estilo que existe en Portugal. No es mal sitio para escuchar a Juan Sebastían Bach.
Intentando ir a pie a Santa Clara-a -Nova, las casacadas que caen de lo alto exigen aletas de salmón...
En Bucaco está el Hotel Palace. El viajero no está enfadado tiene indigestión intelectual. Tiene derecho a que no le guste el Palace. El viajero piensa que este hotel es el sueño realizado de un americano que no pudiendose llevarse a Boston piedra a piedra este edificio, viene aqu´ñi aejercitar dicha cocidicia.
El viajero piensa que no se ha perdido el buen gusto en este muncdo porque los extranjeros van al bosque de Bucaco, que es el reino de lo vegetal. No lo describo, mejor es perderse en él.
En el monasterio de Arouca está la beata Mafalda, con cuerpo pequeñito parece una niña, pero ahora es más bella que en el bárbaro siglo XIII.
Blandas beiras de piedra, paciencia.
Confiar en el patrono de los viajeros para que le tenga reservado un cuarto, es incompetencia rematada. Ni una habitación. Podía haber pedido limosna que le dejara un sofá en la sala pero como uno tiene su orgullo, pensó que esto merecía su castigo y durmió en el coche. No durmió. Envuelto en todo lo que podía hacer ropa de abrigo, mordisqueando galletas para entretener el hambere nocturna y al menos calentar los dientes, se sintió la criatura más mísera del uni. Cuando por la mañana salieron una panda de españoles ruidosos, el viajero eligió la humillación y pidió una habitación.
En un paseo detrás de un escaparate junto a unas cajas un lobo alsaciano, no ladra, guarda los bienes de su dueño yse da cuenta que el viajero no le va a hacer ningún mal. Guarda es una ciudad con misterios, véanse los postigos o ventanas de doble cristal forrados de papeles floreados que no dejan mirar ni hacia adentro ni hacia afuera.¿Para qué le servirá la transparencia si la ocultan?
Belmonte es la ciudad de Pedro Álvares Cabral aquel que en 1500 llegó a Brasil. En Belmonte el viajero sufre una de las más profundas conmociones estéticas de su vida: la Pietá es la más magnífica pieza que aquí existe.
Ir a Cidadelhe y no ver el palio es como ir a Roma y no ver el Papa, aunque el viejaro ya fue a Roma y no lo vio y no le importó demasiado. Pero lo de Cidadelhe le importa mucho, no obstante, lo que no tiene remedio, remediado está. Arriba los corazones.
Con José Antonio Guerra visitar Cidadelhe es muy bonito. Me dice que si se el dicho del pan y el vino y el queso: "Pan con ojos, queso sin ojos y vino que salte los ojos".
El día está como sus hermanos próximos:hermosos.
Fui a Velosa a ver la tumba de una princesa goda: Suintiliuba¿han reparado en el maravilloso nombre?
Acepta el viajero que se transforme Malva en Marialva, pero no puede aceptar que se diga moda en vez de modo. Las modas son de vestir, los mods son de entender. Entendamos pues.
Aún cosas peores hay que pensar cunado se entra en el burgo y se recorrenlas melancólicas calles de casas arruinadas o cerradas por el abandono de quien en ellas vivió.
Las grandes impresioneshace que uno mire hacia su interior y apenas ve el paisaje y todo lo que se muestra.
En la cantería de las iglesias siempre los canteros de la Edad Media dejaban sus marcas, siglas distintas, hoy imposible de descifrar.
A veces le vienen al viajero tentaciones, benignas, desde luego de hacer el viaje a pie, con mochila a cuestas, bordón y cantimplora. Y tendría otros nombres para escribir.
Un borracho me invitó a su casa a dormir, y me dijo que aunque estaba en ese estado pero era sincera la invitación. Me dijo que creía en dios pero hay quien no cree y son mejores que los que creen.
Para la mariposa que nace al amanecer y muere al anochecer no existe la noche.
El viajero agradece que le impidan ver Covilha, es lo que tienen las reglas de urbanismo, tenemos que agradecer hasta lo que nos desagrada.
He aquí la buena filosofía: todo es viaje. Es viaje lo que está a la vista, lo que se esconde , lo que se toca, lo que se adivina.
En tiempos de juventud, el viajero tenía un don que después perdió: volaba. Pero siendo prenda está que lo distinguía radicalmentedel resto de la humanidad, la guardaba para secretas horas del sueño. Salía por la madrugada por la ventana y volaba por encima de casas y huertos y como se trataba de un vuelo mágico, la noche se convertía en día claro, enmendándose así el único defecto de tal vegetación. Tuvo el viajero que esperar todos estos años para recuperar el don perdido, quien sabe, si por solo una noche y aun así se lo debe a una última compensación de Endovélico, que, no pudiendo hacer el milagro físico de disipar las plumas, las reconstituyó en el sueño para satisfacción del viajero. Al despertar, el viajero recuerda que ha volado sobre la sierra de Estrela, pero, no habiendo firmaeza en los sueños, como suele decirse, prefiere no contarlo que vio para no tener que pasar por el vejamen de no encontrar quien se lo crea.
En Monsanto las pocilgas son de piedras, también los puercos aquí tienen sus castillos. Allí el viajero es feliz, nunca ha tenido tan poca prisa.
En Fundao está presente el fantasma de José Junior. Es en el único fantasma que cree el viajero. Allí el viajero escribió sobre sobre la suerte de tantos José Junior de este mundo; los que llegaron al límite de sus fuerzas, acorralados por la jauría, sin valor para un último, aunque mortal arranque. Seguía escribiendo que José Junior se emborracha, es joven, se divierten a su costa adulktos, y los niños le hacen trastada y lo apedrean, y borracho perdido se cae y se rompe una pierna. este nombre designa al desprecio por el prójimo, cuando no el odio, locura epidémica prefiere las víctimas fáciles.
El olvido de todo en el fondo de una botella y como un diamante, al embriaguez victoriosa mientras dura. La vida va a volver a sus inicios. ¿Será posible?
La mano que ayuda desayuda si se retira pronto.
Cuando no soportamos vivir con remordimientos los olvidamos.
Los fantasmas no beben y si existen se ríen seguro de nosotros.
Cristo tuivo como único emblema una dura cruz, pero sus obispos van a provocar atascos en el cielo con esos rompecabezas heráldicos, que van a dar que hacer para toda la eternidad.
A unios visitantes no les gusta la figura de la muerte y le meten en las órbitas vacías bolitas masticadas de chicle, le ponen colillas en la comisura de la boca, es de suponer que la muerte no dará importancia a los insultos. Bien sabe ella que cada cosa tiene su tiempo.
Entre Mondego y Sado, parar en todas partes.
En la iglesia de Atalaia apetece jugar al escondite tras los arcos extremos, eso siente el viajero, animado por el descubrimiento de que la arquitectura, sólo por sí, puede hacer feliz a un hombre.
El viahjero por al noche fue al restaurante Beira-Rio. Comió un filete magnífico, histórico, con aquel sabor que, después de haber passado por todas las ubliminades de la slsa , regresa a lo natural de la carne para permaneceer en la memoria gustativa. Y como un bien nunca va solo, lo atendió un camarero de rostro serio que al sonreír ponía la cara más feliz del mundo, y sonreía muchas veces. La ciudad de Tomar debe colocar en el pecho de este hombre la más alta de sus condecoraciones o encomiendas. A cambio, conténtese con la sonrisa y va muy bien servida..
Cuando el viajero se despierta abre la ventana del cuarto. Quiere sentir el frescos de los árboles de Mouchao, los altos chopos, las hayas de hojas verdiblancas. También merece una medalla quien transformó el arenal que esto era el siglo pasado. El viajero, como se observa, está dispuesto a condecorar a todo aquel que se lo merezca.
El destino de los soles es apagarse y de los ombligos marchitarse. El tiempo está royendo con sus invisiblre y durísimos dientes de charola de Tomar. Hay una decrepitud general que tanto expresa vejez como descuido. Una de las más preciosas joyas de Portugal se estáapagnado. "Prohibir los casamientos" es el inmediato remedio del viajero en el convento de Tomar.
Son muchas las vueltas para llegar a Fátima. Hoy la explanada es un desierto, sól un grupito en la capillade las Apariciones. El viajero tiene sus opiniones y la primera es que la de la estética ha servido muy mal a la fe. Sólo la fe puede salvar a Fátima, no la belleza que no tiene.
No tiene el viajero nada en contra de las grutas. Sabe muy bien que en ellas vivieron sus antepasados después de haberse cansado de andar saltando de árbol en árbol. Por padecer el vértigo de las alturas sería un excelente cro-magnon, pues no padece la claustrofobia.
En los vidrieros no ve la menor señal de tedio, sino un profundo amor por su trabajo, que siemrpe tiene que ser perfecto, porque si no lo es, el honor lo rechazará a la primera llamarada. De esta obra se dirá, con entera verdad, que es la prueba de fuego.
El viajero tiene derecho de vez en cuando a líricos arrebatos auqneu sean poco imaginativos. A veces uno necesita desahogarse y no sabe como.
El viajero declaró que viajar no es desangrarse sino quedar y estar y no reppetirse.
El viajero en estados melancólicos, se siente separado de la vida, por detrás de un cristal, que al mismo que muestra deforma.
El viajero viaja atendiendo a casos diferentes y generales, a intereses que deben ser de todos y en especial alos que tocan los dominios del arte.
Ruina es y ruina debe seguir siendo porque las ruinas siempre han sido más elocuentes que la obra remendada.
"O morir en la empresa o lograr l victoria", victoria o muerte, un grito que viene de lejos y no se ha callado aún.
En Caldas da Rainha hay que ver las cerámicas. El viajero confiesa que tiene un serio amor por estos barros, y es tan abierto ese amor, que tiene que vigilarlo para no caer en tolerancias universales.
La vida da con la mano derecha y quita con la izquierda o al revés.
Carvalhais no faltan en Portugal.Unos grandes, otros medianos, otrso redondos, unos en singular, otros en plural, ahí están recordando que hubo tiempos en que abundan en esta tierra robles y carbajos, esos árboles magníficos a los que nadie pedía frutos y a los que todos requerían madera. El roble, para ser útil, tenía que morir. Tanto lo mataron que lo fueron exterminando. En algunos lugares no queda más que el nombre: el nombre como sabemos es la última cosa que muere.
Un esclavo no tiene nombre, por eso cuando muere no deja nada. Sólo el collar , que podía servir a otro esclavo.
Las palabras del guía zumban como avispas, él sabe por experiencia cómoha de adormecer a los visitantes, cómo ha de anestesiarlos.
Tienen los reyes el particular privilegio de que todo se les debe agradecer: la riqueza que a sue stado convenía y la pobreza que no se cuidaban de remediar en los otros. Podían ir a la pobreza sin remordimiento cuando la buscaban en los frailes.
Cuando el espíritu cristiano es encontró con el espíritu árabe, un nuevo arte quiso nacer. Le cortaron las alas para que no volase. Entre los pájaros del paraíso podría ser ése uno de los más hermosos. No pudo volar, no pudo vivir.
Cascais . En estas tierras marginales son predilectas del turismo. Y el viajero no es turista , es viajero. Viajar es descubrir, el resto es simplemente encontrar. Y por eso el viajero se dio un chapuzón.
Una comida de 30 platos no alimenta treinta veces más que una comida de un sólo plato; mirar cien cuadros puede destruir el provecho y placer que uno de ellos daría. Excepto en lo que toque a la organización del espacio, las aritméticas tienen poco que ver con el arte.
Lisboa con el terremoto perdió un centro histórico, se ganó otro que, por fuerza del tiempo pasado, histórico se ha vuelto. La rcontrucción pombaliana fue un violento corte cultural del que la ciudad no se ha restablecido y tiene continuidad en la confusa arquitectura que en maareas desajustadas se ha derramado por el espacio urbano. No cayeron casas e iglesias, quebró un ligazón entre ciudad y pueblo que la habita.
El viajero cultiva la original idea de que todo lo civil puede ser militar, pero que es muy difícil ya que cualquier militar sea civil. Hay desencuentros que tienen precisamente su raíz aquí. Dañina raíz añadimos.
Lisboa nunca gustó de ruinas. O la corrige con piedras nuevas o las arrasa de una vez para construir edificios rentables. En Lisboa vio mucho y no vio casi nada.
En el túmulo de Santiago de Lagos, que no debe ser muy milagrero, porque no se ven señales de devoción y gratitud. Esos asuntos le resultan simpáticos al viajero:se esforzaron entierra, dios sabe las flaquezas que tuvieron que vencer, y luego no se fueron benficiados con poderes especiales; hacen su milagrito de vez en cuando para no perde lugar y eso es todo. En el conclavo de los santos deben de ocupar los últimos escaños, votan si hay que votar, con eso que nos contentan.
Fray Antonio das Cahgas que se llamó en el mundo Antonio da Fontes Soares, fue capitán del tercio de Setúbal y mató un hombre, vivió en Brasil en arte anatoria y predonado de su crimen entró en la Orden de San Francisco, después de caidas y no pocas tentaciones mundanas, llevó a la religión sus arerebatos militares, alborotaba a los oyentes, tendía a los fieles entre suspiros y gritos, les tiraba incluso el crucifijo y le llamaron el capitán Bonina, y cuando predicaba se daba bofetadas y su director espiritual le aconsejó moderación en su castigo.
El viajero sale conmovido de la sala capitular, feliz y conmovido. Una vida de hombre es lo más importante que hay. Y éste anduvo por caminos donde el viajero ni pisó ni pisará.pero convencido que viió bien. Caminos no faltan. Y no todos van a dar ala misma Roma.
El viajero de sale de la iglesia mirando una vez más a Bonina, pensando que si algún día se mete a fraile vendrá a este convento.
El hombre ha sido un animal envenenador por excelencia; el animal que ensucia. ¿Qué revolución cultural será precisa acoeter para que ascienda en la escala y se convierta en animakl limpio?
En Arraiolos, el viajero queda sorprendido. Bien sabe que el alentejano no es hombre de fácil risa, pero entre una gravedad aprendida como primer paso fuera de la cuna y esos rostros cerrados, la distancia es mucha y no se recorre todos los días. Grandes tienen que ser los males.
Va a ponerse el sol y el viajero sigue en dirección a él. Atraviesa Ciborro entra en la aldea de la Lavre, va a llamar a una puerta. Es casa de amigos Allí dormirá.
Hace un calor de muertelas cigarras han caído todas en un éxtasis colectivo, sólo los locos andan a estas horas por las carreteras. Pocas son las personas que se atreven a asomar las narices fuera: las puertas y ventanas cerradas son las únicas barreras que se oponen a la vaharada de horno que corre por las calles.
El viajero es muy previdente, si no hay respuesta para el rostro humano del Salvador del Mundo, sea ella, para el misteriode la alameda inesperada, hallada aquí.
A nose que todo sea mera cuestión de gusto personal:si el viajero ha dicho que prefiere el granito al mármol, ahora puede preferir este mármol de Estremoz al alabastro finísimo. A quien considera que tales pormenores no interesan al relato, se le responde que muy pobres serán viajes y viajeros que no se detengan en pormenores de este tipo.
El viajero avanza, es un viajero tímido, siempre temeroso de que le vengan a pedir cuentasde intrusiones que sólo él sabe que son bienintencionadas. Al acercarse a una esquina oye voces y sabe que es una taberna.
Es imposible hablar de Elbas sin el acueducto de Amoreira.
El viajero ve en una tapia la más extraordinaria declaración de amor, un letrero que decía:"Prohibido destruir los nidos. Multa 100$". Se declara públicamente que la ley recaerá sobre los malvados que derriben la morada de los pájaros. De las golondrinas para ser más rigurosos
Quien en la iglesia parroquial de Vila Vicosa entre con disponibilidades de dinero, aceiteo trigo, duro corazón tendrá si no sale aliviado.
El viajero es patriota , siempre ha oído decir que Olivenza nos fue abusivamente arrebatada, lo han educado en esta creencia.Ahora la creencia se vuelve convicción. Tracemos Olivenza de nuestro lado.
ëvora logró defender el pasado sin quitarle espacio al presente. Co esa sentencia felz, se da el viajero por liberado de otros juicios generales y entra en la catedral.
De camino va meditando, como conviene a un viajero, sobre la suerte de ciertas construcciones de los hombres:viven su primer tiempo de esplendor, decaen luego, perecen y alguna otra vez se salvan en el último mommento.
El mueseo es la más desleal institución que el viajero conoce. Exige que lo visitemos, lanza la idea de que prescindir de él es una grave mancha cultural y cuando nos atrapa allí dentro, como discípulos que van al maestro, en vez de enseñarnos con moderación y criterio, nos tira a la cara doscientas obras maestras, dos mil obras de mérito, otras tantas de aceptable medio valor. excesivo tiempo para las posibilidades del viajero.
Cuando las manos son muchas en un cuadro, solo se ve el trabajo.
Antes de Pías están dos guardias republicanos pidiéndole los papeles a todo el que pasa, el viajero demostró que no tenía las manos teñidas en sangre y pudo seguir.
En Évora se hizo del templo romano matadero, donde se sacrificaban carneros a los apetitos del cuerpo a sacrificar el cordero para la salvación del alma. Los caminos por donde circula el hombre son muy complicados.
Las glorias del azar son tan sabrosas como las otras.
En Mértola le cuentan la historia de un preso que en la cárcel esculpió dos imágenes del señor. El viajero quiso saber quién era el preso pero la narradora no tenía más para dar. Frustado el viajero decide que se trate de una leyenda pero no se lo cree.La historia es fascinante. Lo más seguro es que ninguna le abriera la puerta de su prisión.
A Vila Real de Santo Antonio vino el marqués de Pombal a repetir, en pequeño, el proyecto lisboeta.
De allía Tavira.La iglesia de la Luz en Tavira es una iglesia feliz.
En Olhao el viajero conoció la historia de un rey moro que se casó con una princesa nórdica, que se moría de añoranza de sus tierras nevadas. El astuto monarca resolvió la cuestión; mandóa plantar millares de almendros y floridos hizo abrir las ventanas donde la princesa se extinguía lentamente. Creyendo nieve se curó. Cuando se convirtieron en almendras nadie supo lo que pasó con la princesa... También lo hizo con las casas al pintarlas de blanco. Pero el viajero tira la leyenda de las almendras a la basura.
Las ruinas romanas de Milreu quedan más bajo. De ahí a Faro. En Faro se imprimió el segundo documento en 1487. Pero compite con Leiría en 1482. El mueseo de Faro es obra de amor y tenacidad.
En Monet Gordo bajó a las playas de Armacao de Pera y la Señora de Rocha. El viajero entró y salió, el más palido de los viajeros.
Para los extrnajeros, el portugués es una formade árabe, diga yes a todo y vivirá feliz.
En el siglo XIV había hombres y mujeres guerreras. Al viajero le gustaría saber cómo pararon aquí las amazonas. En ese tiempo no faltaron mujeres de armas como Deuladeus y Brites de Almeidas.
En la iglesia de San Antonio de Lagos los maestros entalladores perdieron la cabeza;aquí está todo cuanto inventó el barroco.Los ojos tienen donde detenerse, surge la crítica, pero notardan en dejarse arrastrar en la ronda que el viajero diría y con perdón endemoniada.
En el museo de Lgos está desde el apelolítico hasta lo romano.
Ahora camino del Finisterre del sur donde el mundo se despide.Vuelve al norte por la costa. Es el país del regreso. Se ha acabado el viaje.
El viaje no acaba nunca , sólo acaban los viajeros.
El fin del vieje es sólo el inicio de otro.
Hay que ver lo que no se ha visto, ver enprimavera lo que se vio en verano, de día lo que se vió de noche.
Hay que volver a los pasos dados para repetirlos y trazar nuevos pasos a su lado.
Hay que comenzar de nuevo el viaje Siempre. El viajero vuelve al camino.
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